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Un cambio en positivo a velocidad constante (tras el acelerón). Ernest Quingles, junio de 2020

La drástica reducción de emisiones de CO2 durante la etapa de confinamiento se estima que sea algo temporal. Así lo aseguran todas las fuentes. Pero de la toma de decisiones responsables depende que se consiga una velocidad constante hacia la neutralidad requerida para 2050.

El compromiso con la sostenibilidad debe ser máximo por parte de todos los agentes económicos y sociales, desde las administraciones públicas, al tejido industrial y empresarial, organizaciones no gubernamentales y finalmente los ciudadanos. Todos jugamos un papel importante y todos tenemos una responsabilidad para con el planeta, en mayor o menor medida.

Durante esta reciente crisis sanitaria y debido a las medidas de contención de la pandemia, empezando por el confinamiento, se ha advertido una considerable reducción del impacto medioambiental de todos y cada uno de esos agentes. Menos movilidad implica menos emisiones de CO2; menos actividad industrial, implica menos residuos y menos emisiones; menos presencia de ciudadanos en las calles, implica menor huella medioambiental, en general. De hecho, según Carbon Brief la reducción en el mes de febrero en China, quizá el mes y la región de mayor impacto de la pandemia, fue de cerca de un cuarto del total del mismo período en el año anterior. Pero es que, si nos fijamos en España, Ecologistas en Acción apuntaba un 58% menos de emisiones durante el mes de abril. Una mejora sin precedentes debida, en gran parte, a la disminución del tráfico rodado. Sin embargo, con las medidas de desescalada, ya se recuperaban niveles de polución similares a la etapa pre-confinamiento.

La pregunta es: ¿qué papel debe jugar el compromiso con la sostenibilidad en esta nueva etapa de recuperación y en la llamada ¿nueva normalidad? La respuesta debería ser: la sostenibilidad es y debe seguir siendo un factor clave, un objetivo claro y directo. Así lo es para la Unión Europea, que ha fijado el llamado Pacto Verde (Green Deal) como eje de la recuperación. Me gustaba la apreciación de Ecodes, en boca de su director Víctor Viñuales quien apuntaba que “ya que debemos gastar dinero público que no tenemos y que pagarán nuestros hijos; invirtamos en cosas que no les dañen el futuro”. Eso son decisiones responsables. Como mínimo decisiones que tengan en cuenta algo más que el corto plazo. Y así lo han interpretado economías tan relevantes como Alemania o Francia, anunciando un plan de inversión millonario sustentado en cuatro grandes pilares: estrategia sanitaria, fondo de reconstrucción para solidaridad y crecimiento, fortalecimiento de la industria europea y aceleración de la transición ecológica y digital. Y ahí quiero detenerme.

Transición ecológica y digital. Dos conceptos unidos casi de forma natural. Porque la tecnología ayuda a ser más sostenible, o al menos debe hacerlo. Empezando por acciones como las que se solicitaban desde el Colegio de Economistas de Cataluña, apostando por acciones que promuevan la eficiencia energética, la neutralización del carbono, la electricidad de fuentes renovables o la reducción de residuos. La Ley de Cambio Climático ya anunciada por el Ministerio de Transición Ecológica va en esa dirección: reducción de un 20% de las emisiones respecto a los niveles de 1990 para el año 2030 y caminar hacia la neutralización del carbono en 2050.

¿Qué puede ofrecer una compañía tecnológica y líder en innovación como Epson? Soluciones tecnológicas responsables. Recursos e innovación para ayudar a las empresas que los implementen, que cuenten con ellos en sus instalaciones y actividades ordinarias, a ser más sostenibles y responder a ese reto de la nueva Ley de Cambio Climático o la iniciativa España Circular 2030.

Por eso es tan importante tener en cuenta ciertos aspectos en la toma de decisiones tecnológicas. Por eso apoyamos a las empresas con iniciativas como #Epson2Metros, ayudándolas no sólo a adecuar sus infraestructuras a la nueva normalidad y el distanciamiento social requerido -en el corto plazo- sino también a alcanzar esos objetivos medioambientales a largo plazo, en cuanto a eficiencia energética, reducción de residuos y reducción de emisiones. Porque tenemos la única tecnología de impresión sin calor. La impresión business inkjet de Epson, que se ha presentado como un servicio necesario durante este periodo de pandemia y confinamiento, puede ser igual o más productiva que otras alternativas tecnológicas, pero mucho más sostenible, reduciendo en hasta un 95% el consumo energético y las emisiones de CO2. Y los proyectores interactivos para reuniones colaborativas evitan desplazamientos, sumándose a la tendencia de colaboración remota iniciada y quizá consolidada durante esta crisis sanitaria. Tenemos soluciones para adecuar la realidad empresarial a las necesidades actuales y futuras.

Contamos, incluso, con el compañero ideal para la consecución de objetivos vinculados a la iniciativa España Circular 2030. Se llama Paperlab. El primer sistema de reciclaje y producción de papel nuevo a partir de documentos previamente destruidos con el nivel de seguridad y confidencialidad más elevado que existe. Todo “in-house”, ahorrando costes logísticos y de proveedores externos, mejorando la seguridad e incluyendo un proceso de economía circular en la propia organización.

Somos Epson, una empresa responsable que trabaja para ayudar a otras empresas a ser más sostenibles, motivándoles a tomar decisiones responsables.

Más sobre la iniciativa #Epson2Metros en http://www.epson.es/epson2metros

Ernest Quingles
Vicepresidente Epson Europe
CEO Epson España, Francia y Portugal

Empresa Miembro de la Fundación Privada Empresa y Clima